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Cómo se celebra la Tomatina de Buñol

Una de las fiestas españolas más conocidas es la Tomatina de Buñol, una batalla en la que vecinos y turistas se enzarzan a tomatazo limpio. Año tras año, el último miércoles de agosto tiene lugar esta guerra con rojos vegetales que tiñen las calles de Bunyol (así es el nombre de la ciudad en catalán). El origen de la Tomatina se remonta a 1945 y fue de forma espontánea cuando unos jóvenes del pueblo echaron mano a los tomates de un puesto para atacar a sus oponentes durante una pelea. Ante la masiva asistencia de los últimos años, en 2013 se ha implantado la necesidad de adquirir entrada para participar en la Tomatina. Si tú también quieres lanzar tomates a todo aquel que se te ponga delante, no te pierdas este artículo de unComo sobre cómo se celebra la Tomatina de Buñol.

El palo jabón

Antes de iniciar la batalla campal a golpe de tomate, es necesario pasar una prueba. Se trata del "palo jabón", un juego parecido a las cucañas en el que se coloca un palo enjabonado con un jamón en su cima. Alrededor de las 10 de la mañana, los participantes deberán trepar por el palo y alcanzar la pata de cerdo,hasta que no se coge el jamón, la tomatina no empieza.

Mientras los buñolenses y allegados intentan alcanzar el suculento objetivo, la multitud se va agolpando en la plaza y se inician alegres cánticos que van caldeando el ambiente.

La batalla

Los gritos de “tomate, tomate” piden que inicie la guerra, pero no será hasta que suene la carcasa -una bomba o petardo-, a eso de la 11 de la mañana, cuando se dará comienzo a la Tomatina. Empezarán entonces a aparecer los camiones cargados de tomates, cultivados expresamente para esta fiesta en la localidad castellonense de Chilches (Xilxes, en valenciano), y... ¡tonto el último!

Todos los participantes se esmerarán por echar mano a los tomates para lanzarlos -¡previamente aplastados!- contra amigos, conocidos, desconocidos y quien se les plante delante. Con esta lluvia de vegetales, la euforia invade las calles de Bunyol que se van tiñendo de rojo e incluso se van formando ríos de zumo de tomate por los que algunos nadan y bucean.

La retirada

Al cabo de una hora aproximadamente y después de haber vaciado unos cinco camiones de tomates, llega la hora de poner fin a la Tomatina. La segunda carcasa marcará el fin de la batalla y todo el mundo deberá dejar de lanzar tomates. Los participantes entonces buscan con ansias una manguera, fuente o cualquier otro lugar con agua para lavarse y quitar todo el tomate que les recubre la piel.

Asimismo, los servicios municipales ayudados de los vecinos inician la tarea de limpieza de la ciudad; en cuestión de dos horas, todo vuelve a la normalidad y empieza la cuenta atrás para la próxima Tomatina.

Entrada

Para poder controlar el número de participantes, desde la edición de 2013, el Ayuntamiento de Buñol ha decidido restringir la participación a través de la compra de entradas. Para ello, las personas que no residan en esta localidad, deberán adquirir entrada al precio de 10€ (con un límite de 15.000 personas) y se han reservado 5.000 entradas gratuitas para los habitantes de Bunyol. Puedes informarte en la web de la Tomatina de Buñol.

Recomendaciones

Si te ha encantado esta idea de hacer una guerra de tomates y te decides a ir a la Tomatina, deberás tener en cuenta algunas recomendaciones y obligaciones que hace el Ayuntamiento de Buñol para que la fiesta se desarrolle con total normalidad.

  • No entres botellas ni objetos duros.
  • No rompas ni lances camisetas.
  • Aplasta los tomates antes de lanzarlos; el golpe será menos contundente.
  • Mantén una distancia prudencial con los camiones.
  • Deja de lanzar tomates cuando oigas el disparo de la segunda carcasa.