El jengibre es el raro remedio tradicional que recibe el respeto genuino de los médicos y curanderos por igual. Ha sido conocido durante miles de años (principalmente en la India y el sudeste de Asia, su hábitat nativo) como una especie de sanador todoterreno, y su reputación ha perdurado. Pero probablemente sea mejor conocido por su antiemético efecto, es decir, su impacto en los vómitos y las náuseas.
El jengibre ha sido objeto de muchas investigaciones médicas en los últimos años, la mayoría de las cuales confirman sus beneficios para una amplia gama de dolencias, y no todas son digestivas. Se ha demostrado que tiene efectos positivos sobre la artritis, la inmunidad, los cólicos, los problemas cardíacos y el resfriado común, por nombrar algunos. También es posible que el jengibre pueda obstaculizar el desarrollo de ciertos tipos de tumores. Pero la mayor parte de la investigación ha sido sobre el jengibre y el sistema digestivo. Se ha demostrado que funciona como carminativo (inhibidor de flatulencias) y espasmolítico intestinal (chupete del aparato digestivo). También puede ayudar con las náuseas provocadas por el movimiento, el embarazo y la quimioterapia.
A menudo nos referimos al jengibre fresco que comemos, esos trozos nudosos con la piel dura, como "raíz de jengibre", pero eso no es del todo exacto. El jengibre que comemos es en realidad el rizoma del Zingiber officinale planta (el tallo horizontal del que se extienden las raíces). Gingeroles son los compuestos activos en el rizoma de jengibre. Son responsables de su sabor y olor distintivos, y también tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes bastante potentes. Los científicos no están seguros exactamente de cómo los gingeroles afectan nuestro sistema digestivo, pero podría tener algo que ver con la obstrucción de los receptores de serotonina en el intestino que causan esa sensación de náuseas. También es posible que los gingeroles ayuden al cuerpo a liberar enzimas que ayudan a descomponer los alimentos.
Si quieres probar el jengibre para aliviar las náuseas, viene en muchas formas. El té de jengibre es una primera línea de defensa recomendada con frecuencia:corte un par de trozos de jengibre crudo de media pulgada y sumérjalos en agua caliente durante unos minutos (y es posible que desee usar un poco de miel o limón para domar ese potente sabor a jengibre). También puede agregar jengibre fresco a su comida o consultar suplementos, dulces, polvos, extractos, cápsulas y aceites de jengibre. En el mejor de los casos, descubrirá un sabroso manjar que puede ayudarlo a sentirse mejor. E incluso si no encuentra que el jengibre alivia sus síntomas, no tendrá la somnolencia ni los efectos secundarios que pueden causar los medicamentos de venta libre para las náuseas.
Publicado originalmente:2 de julio de 2015