Es difícil superar la cantidad de comodidad y alegría que se siente al ver un pollo asado perfectamente dorado salir del horno. Tanto si eres un cocinero casero como si te consideras el próximo "Top Chef", un pollo asado crujiente te diferenciará del resto de los amantes de la cocina.
El problema es que el pollo asado es un pescado difícil de freír, por así decirlo. Hay mucho más que simplemente poner el ave en el horno y dejar que se cocine. Debe tener en cuenta las hierbas y especias, el tiempo de cocción, la temperatura del horno, rociar o no rociar, y mucho más.
Entonces, si aún no has descubierto cómo hacer que tu pollo asado vuele, aquí tienes una manera segura de asar un pollo como un profesional.
Método para asar un pollo
- Precaliente su horno a 450 grados Fahrenheit (232 grados Celsius). Mientras el horno se precalienta, retire las menudencias de la cavidad del pollo.
- Use unas cuantas toallas de papel para secar la piel del pollo tanto como sea posible. Cuanto más seca tengas la piel antes de asar el pollo, más crujiente se pondrá. Consejo profesional:puede sacar el pollo de su empaque con hasta 24 horas de anticipación y dejar que se seque en el refrigerador.
- Unte generosamente con mantequilla (o aceite) y sal y pimienta el pollo por dentro y por fuera. Para un ave de 3 libras (1,3 kilogramos), entre 2 y 3 cucharaditas (1 cucharada) de sal deberían bastar.
- Para el pollo asado, puede sazonar libremente a su paladar, pero cualquier combinación de romero, tomillo, salvia, estragón, paprika y ajo en polvo es común. Asegúrate de sazonar también el interior de la cavidad del pollo. E incluir un limón (cortado en cuartos) adentro también agregará sabor.
- Mata dos pájaros de un tiro asando tu pollo sobre papas y zanahorias. Los jugos sazonan las verduras y le brindan un plato principal y una guarnición, todo a la vez. Pica papas, zanahorias y cualquier otra verdura de raíz y colócalas uniformemente en el fondo de la sartén; puede ser un horno holandés, una asadera o una sartén de hierro fundido.
- Ase a 450 grados Fahrenheit durante aproximadamente 90 minutos o hasta que la temperatura interna alcance los 165 grados Fahrenheit (73 grados Celsius) en la parte más gruesa de los muslos, y las alas y las piernas se tuercen flojas y los jugos salgan claros.
- Retira el pollo del horno y déjalo reposar cubierto con papel aluminio durante unos 15 a 20 minutos. El pollo seguirá cocinándose y redistribuyendo sus jugos. También estará lo suficientemente frío cuando esté listo para ser tallado.