Las granadas no solo son una hermosa adición carmesí a cualquier encimera de la cocina, sino que también son realmente buenas para ti. Corta una granada y dentro encontrarás semillas rojas parecidas a joyas, llamadas arilos, que son ricas en vitamina C, vitamina K y potasio. Si comes las semillas enteras, incluidos los centros blancos crujientes, también obtendrás una buena cantidad de fibra.
Entonces, ¿cómo encuentras la granada ideal entre un montículo de este tipo? Querrá uno que sea pesado, lo que indica el peso de su jugo. Debe ser firme sin partes blandas y probablemente tendrá una forma ligeramente cuadrada porque los lados tienden a aplanarse a medida que madura. Aunque la cáscara de la granada varía de rosa a marrón, una que tenga un color rojo intenso es ideal.
A veces, sin embargo, el mayor obstáculo para obtener los beneficios de la granada fresca es descubrir cómo cortar y comer la fruta en primer lugar. Las granadas no son exactamente conocidas por ser fáciles de comer, así que aquí hay algunos pasos útiles para comenzar.
Paso 1
Con un cuchillo para pelar, quita el tallo, conocido como flor, en la parte superior de la granada. Mientras corta, mueva la fruta con un movimiento circular en lugar de mover el cuchillo. Tendrá un corte más parejo y reducirá las probabilidades de que el cuchillo se resbale y cause lesiones.
Paso 2
Una vez que se quita el tallo, marque la piel de la granada cortando verticalmente desde la parte superior hasta casi la parte inferior de la fruta. Tenga en cuenta la médula blanca y gruesa que separa las semillas de granada internamente y use la médula como guía para cortar. Tenga en cuenta que no desea cortar demasiado profundo y perder el exceso de jugo.
Los arilos de la granada, que parecen joyas, están llenos de vitamina C, vitamina K y potasio.Paso 3
Sujete la fruta marcada colocando ambos pulgares en la parte superior, donde se quitó el tallo, y separe suavemente la granada para separar las secciones. No todos se separarán perfecta o uniformemente, y eso está bien. La idea aquí es tener fácil acceso a las semillas, manteniendo la mayor cantidad de ellas intactas como sea posible. Nota:ayuda hacer este paso sobre un recipiente lleno de agua para atrapar las semillas sueltas que caen durante el proceso. La médula blanca flotará mientras que las semillas caerán al fondo del recipiente, lo que facilitará la separación de los dos.
Paso 4
Dos cosas suceden en este paso, y ambas parecerán bastante obvias. Primero, tire hacia atrás de la piel de cada sección, invirtiéndola lo más posible, para soltar las semillas. En segundo lugar, use sus dedos para separar manualmente las semillas restantes de la médula. Cuanto más madura esté la fruta, más fácilmente se liberarán las semillas.
Et voilá ! Coma esas hermosas semillas como refrigerio, espolvoréelas en una ensalada, agréguelas a la avena o al arroz, o déjelas inspirar un martini de granada.