Esta receta demuestra que con un poco de esfuerzo extra, algo tan simple como un huevo frito puede ser un verdadero evento. En el caso de estos huevos cubiertos de hierbas, es el panko el que recubre el fondo para crear una corteza crujiente. Básicamente, ¡nunca más querrás comer huevos fritos sin pan rallado! Las oportunidades son infinitas para servir estos elegantes huevos. Pruébelo junto con chorizo fresco salteado o con verduras marchitas y una capa de yogur. Y, por supuesto, puede duplicar el factor pan deslizándolos en un sándwich de tocino, huevo y queso; no estaría dorando el lirio en absoluto.