La prohibición del gobierno de EE. UU. sobre las grasas trans artificiales entró en vigencia el 18 de junio de 2018, una importante revisión de alimentos que ha hecho que las empresas de alimentos desarrollen e introduzcan sustitutos gradualmente durante tres años. Las grasas trans reducen el colesterol HDL (bueno) y aumentan el colesterol LDL (malo), además de aumentar la inflamación y el riesgo de desarrollar coágulos de sangre, todo lo cual puede provocar enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes. Los expertos en salud dicen que las grasas trans son peores para el corazón que las grasas saturadas. En 2015, la Administración de Alimentos y Medicamentos decidió que las grasas trans ya no eran seguras, imponiendo un límite de tres años para su eliminación, y la Organización Mundial de la Salud acaba de lanzar un esfuerzo para prohibir las grasas trans en todo el mundo para 2023.
Las grasas trans artificiales, comúnmente conocidas como aceites parcialmente hidrogenados, se desarrollaron para reemplazar la mantequilla. Son menos costosas, más estables y menos propensas a enranciarse que las grasas naturales. Las grasas trans se han usado para freír comidas rápidas y congeladas, y también se usan en pasteles, masas refrigeradas, palomitas de maíz para microondas, cremas no lácteas, mezclas para hornear, glaseados, margarina y manteca.
A pesar de que las empresas de alimentos tuvieron tres años para encontrar sustitutos para las grasas trans, y el 98 % de ellas se han eliminado de nuestros alimentos, no todas las grasas trans han desaparecido.
En primer lugar, están las grasas trans naturales, que se encuentran en la carne de res, el cordero y los productos lácteos como la mantequilla. Estos alimentos contienen pequeñas cantidades de grasas trans, y los científicos aún están investigando si las grasas trans naturales son tan malas para usted como las artificiales.
En segundo lugar, aunque la prohibición entró en vigor esta semana, todavía quedan productos residuales en los estantes. Tomará tiempo para que esos productos se reabastezcan con sus versiones libres de grasas trans.
Y, por último, todavía se están trabajando algunos sustitutos para reemplazar algunas de las grasas trans utilizadas en los alimentos comerciales. Los defensores de la industria alimentaria solicitaron al gobierno más tiempo para crear reemplazos para algunos tipos de colorantes, saborizantes y aerosoles antiadherentes que usan grasas trans. El gobierno otorgó una extensión de un año a esos, pero todos deben eliminarse antes del 18 de julio de 2019.
Los reemplazos de las grasas trans incluyen aceites vegetales como canola, maíz, soya y oliva, fibras vegetales y avena. Pero algunos sustitutos son las grasas saturadas como la mantequilla, la manteca de cerdo, el sebo (grasa de res) y las grasas tropicales como el aceite de palma (que es una preocupación para los ambientalistas, ya que producir aceite de palma contribuye a la deforestación y la contaminación). Pero las grasas saturadas tampoco son buenas para el corazón y pueden provocar enfermedades arteriales y problemas cardíacos. La mejor manera de saber qué hay en tu comida es voltear el paquete y leer la letra pequeña.