Un número creciente de personas siguen voluntariamente una dieta baja en gluten, incluso si no tienen alergia o intolerancia. Si puede comer gluten y está considerando probar un plan de alimentación bajo en gluten, probablemente haya escuchado críticas mixtas sobre si ese tipo de dieta es apropiado para alguien como usted. Investigaciones recientes muestran que una dieta baja en gluten puede conducir a posibles beneficios para la salud, pero solo si lo aborda de la manera correcta.
Un estudio de noviembre de 2018 publicado en Nature Communications analizó a 60 adultos daneses sanos de mediana edad después de probar una dieta baja en gluten (2 gramos de gluten por día, o el equivalente a una rebanada de pan) y una dieta alta en gluten (18 gramos por día). Ambas intervenciones tomaron ocho semanas cada una, con un período de lavado de seis semanas entre ellas. Los resultados mostraron que la dieta baja en gluten cambió la comunidad de bacterias intestinales para los participantes, lo que provocó menos molestias gastrointestinales como la hinchazón. La misma dieta también se relacionó con una cantidad modesta de pérdida de peso. Los investigadores dicen que estos cambios positivos están relacionados con los cambios de las bacterias intestinales.
Sin embargo, vale la pena señalar que la dieta baja en gluten también era rica en fibra, lo que los investigadores creen que es clave para los resultados, a diferencia de la ausencia de gluten. Los investigadores explicaron que esta dieta baja en gluten específica implicaba cambiar las fibras del trigo y el centeno por fibras en las verduras, el arroz integral, la avena y la quinua. Después de todo, la composición de fibras en los alimentos bajos en gluten es una composición bastante diferente a la composición que se encuentra en las opciones más ricas en gluten.
“Demostramos que, en comparación con una dieta alta en gluten, una dieta baja en gluten y rica en fibra induce cambios en la estructura y función del complejo ecosistema intestinal de bacterias, reduce la exhalación de hidrógeno y conduce a mejoras en el autoinforme. hinchazón”, dijo el investigador principal Oluf Pedersen, MD, en un comunicado de prensa. "Además, observamos una pérdida de peso modesta, probablemente debido a una mayor combustión corporal provocada por las funciones bacterianas intestinales alteradas".
Los investigadores dicen que el estudio sugiere que algunas personas sanas pueden preferir una dieta baja en gluten, especialmente si están tratando de perder peso o combatir la hinchazón. Sin embargo, los investigadores también advierten que se necesitan más estudios antes de dar algún consejo de salud pública a las personas que desean probar una dieta baja en gluten sin necesidad médica de seguir dicho plan.
“Sin gluten puede no ser necesariamente la opción saludable que mucha gente piensa que es”, dijo el Dr. Pedersen. “La mayoría de los alimentos sin gluten disponibles en el mercado hoy en día carecen masivamente de fibras dietéticas e ingredientes nutricionales naturales. Por lo tanto, existe una necesidad obvia de disponibilidad de alimentos enriquecidos con fibra, de alta calidad nutricional y sin gluten, que sean frescos o mínimamente procesados para los consumidores que prefieren una dieta baja en gluten. Tales iniciativas pueden resultar clave para aliviar las molestias gastrointestinales y además ayudar a facilitar el control de peso en la población general a través de la modificación de la microbiota intestinal.”
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