No dejes que el nombre de esta receta te intimide. Los soufflés, especialmente este, son mucho más fáciles de lograr de lo que imaginas. El único truco que realmente recomendamos es asegurarse de que su tazón para mezclar esté absolutamente limpio:cualquier suciedad o grasa (incluso de sus huellas dactilares) evitará que el suflé se junte correctamente. Aparte de eso, sigue la receta y estarás dorado. Ah, y no le temas a la caída:es muy difícil que el suflé se caiga prematuramente en el horno. Y una vez que lo sacas, se supone que debe caer. Recomendamos servir este con más jarabe de arce tibio encima. Brunch elegante, ¿alguien?