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¿Los alimentos procesados ​​tienen puntos de felicidad?

¿Los alimentos procesados ​​tienen puntos de felicidad? Es fácil quemar más de una porción de un refrigerio procesado en una sesión, y eso es así por diseño.

Los bocadillos nocturnos. Todos los hemos tenido. Y todos nos hemos rendido a ellos:sentados en el sofá, viendo una película y de repente nos damos cuenta de que nos hemos comido casi una bolsa entera de papas fritas. ¿Cómo sucedió eso?

Aquí hay algo de comida para el pensamiento (juego de palabras). ¿Qué pasaría si te dijéramos que una bolsa de papas fritas está diseñada exactamente para ese propósito:para que la vacíes sin pensar?

La mayoría de nosotros no sacaría un pastel de chocolate entero del refrigerador y se lo comería todo distraídamente, pero las papas fritas y otros alimentos procesados ​​son una historia diferente. ¿Por qué? Se trata de algo llamado "punto de felicidad".

El punto de éxtasis de la comida procesada es el punto en el que la comida alcanza el nivel de ser lo más deliciosa posible, pero no tan satisfactoria como para no querer más. Volviendo al ejemplo del pastel de chocolate, un pastel de chocolate terminará siendo lo suficientemente dulce en algún momento como para sentirnos satisfechos y dejar de comer. Sin embargo, con la comida procesada (o chatarra), nunca alcanzamos ese nivel de "mis papilas gustativas están saciadas".

¿Cómo formulan los científicos alimentarios los alimentos que más nos gustarán?

El punto de felicidad es una proporción de tres nutrientes que nuestro cuerpo está programado para buscar:grasa, azúcar y sal. Estos tres compuestos activan las más de 10 000 papilas gustativas y envían un mensaje a los receptores de placer de nuestro cerebro que nos hace pensar:"¡Más! ¡Más!" Los alimentos naturales también tienen estos tres nutrientes, pero no en la proporción perfecta del punto de felicidad en el que no nos sentimos satisfechos. La ciencia, sin embargo, se ha encargado de eso.

La grasa, el azúcar y la sal trabajan juntos para hacer que la comida sepa mejor y que queramos más. La grasa le da a los alimentos como papas fritas y galletas una textura más suave. La sal enmascara el sabor químico de los alimentos procesados ​​y es la especia más barata que existe. El azúcar golpea los puntos de placer en nuestro cerebro y aumenta la vida útil de los productos. Los fabricantes de alimentos pueden ajustar las proporciones de grasa, azúcar y sal, y luego probar exhaustivamente los productos de prueba hasta que alcancen el punto de éxtasis adecuado con los consumidores. Los puntos de felicidad determinan el nivel de antojo de un alimento, lo que a su vez determina las ventas y las ganancias.

Un ejemplo bien conocido de investigación de puntos de felicidad es el refresco Dr. Pepper. Al intentar formular un nuevo sabor, la compañía pasó por 61 fórmulas y 4000 eventos de degustación, lo que permitió a sus científicos de alimentos modificar continuamente la receta hasta encontrar el punto de felicidad final. El refresco resultante fue Cherry Vanilla Dr. Pepper, uno de los productos más exitosos de la compañía [fuente:Moss].

Así que la próxima vez que te encuentres en el sofá con la mano en una bolsa vacía de Doritos, culpa a la ciencia.