La enfermedad cardíaca es actualmente la principal causa de muerte en los Estados Unidos. A medida que los números continúan aumentando, se vuelve cada vez más importante que prioricemos la salud de nuestro corazón, especialmente a medida que envejecemos. Afortunadamente, la investigación emergente muestra que nuestros hábitos dietéticos pueden influir positivamente (o negativamente) en la salud de nuestro corazón. Según una nueva revisión de estudios, hay una forma específica en la que debe estructurar su dieta para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Dieta y salud del corazón
Probablemente no le sorprenda que una dieta "saludable" sea buena para el corazón, pero la nueva revisión publicada en Cardiovascular Research profundizo un poco más en la cantidad de cada grupo de alimentos que debemos comer para protegernos, y con qué frecuencia.
Para su investigación, un grupo de científicos de la Universidad de Nápoles realizó una revisión de la literatura sobre el consumo de diferentes grupos de alimentos en relación con la incidencia y/o mortalidad de enfermedades cardiovasculares publicada hasta agosto de 2020. Agruparon los alimentos según su origen, es decir, animal. carnes, huevos, pescado, lácteos, cereales y carbohidratos procesados (como el pan), legumbres, verduras, frutas y nueces. Como era de esperar, su metanálisis indicó que las dietas con una mayor ingesta de alimentos de origen vegetal, y un consumo limitado de carbohidratos refinados y alimentos ricos en almidón, están asociadas con un riesgo significativamente menor de enfermedad cardiovascular y mortalidad en comparación con las dietas que consisten principalmente en alimentos de origen animal.
Profundizando más, los investigadores pudieron determinar que si estamos tratando de evitar una afección cardíaca, debemos tratar de comer al menos dos porciones por día de granos integrales, verduras y frutas, y una porción por día de nueces y semillas, aceite de oliva virgen extra (u otros aceites de origen vegetal) y yogur. Igualmente, sus datos respaldaron una dieta que consta de cuatro porciones por semana de pescado y legumbres. (¿Se pregunta cómo se ve realmente una porción? Consulte esta útil guía de la American Heart Association).
Por otro lado, los resultados sugirieron que hay algunos grupos de alimentos que deberíamos tratar de limitar. Es decir, la carne blanca, el queso, los huevos y la leche no deben consumirse más de tres porciones por semana, mientras que los carbohidratos refinados (como el pan blanco y la pasta), la carne roja y la mantequilla deben limitarse a dos porciones por semana. Y en cuanto al peor ofensor de la salud del corazón, las carnes procesadas como los perros calientes, el salami y las carnes frías solo se deben comer de vez en cuando.
Estos hallazgos respaldan que una dieta basada principalmente en plantas, con un consumo moderado de productos de origen animal, es probablemente su mejor apuesta si está comiendo para tener un corazón saludable. “Necesitamos redescubrir tradiciones culinarias como la dieta mediterránea, que tiene recetas deliciosas que utilizan frijoles, granos integrales, nueces, frutas y verduras”, dijo Gabriele Riccardi, MD, uno de los autores del estudio. Si eso no fuera suficiente para convencerlo, se ha dicho que la dieta mediterránea también es el estilo de alimentación más saludable para la salud intestinal y cerebral.