Aunque pueda sonar como un régimen de pérdida de peso para vampiros, la dieta del tipo de sangre es un plan de comidas muy real y cada vez más popular para aquellos que buscan adelgazar y mejorar su salud. La idea detrás de esto es simple:usted adapta sus recetas y su rutina de ejercicios en función de su tipo de sangre (O, A, B o AB), creando un programa personalizado destinado a quemar grasa y, al mismo tiempo, aumentar su energía. Sin embargo, no todos están convencidos de que la dieta del tipo de sangre sea la mejor manera de lograr una salud general, y algunos expertos la comparan negativamente con un zodiaco dietético. Lea a continuación para obtener más información sobre este moderno plan y los diferentes puntos de vista a su alrededor.
¿Cómo funciona la dieta del tipo de sangre?
La dieta del tipo de sangre ha existido por un tiempo, pero entró en la corriente principal a mediados de la década de 1990 gracias al médico naturópata Peter D'Adamo y su libro más vendido Coma bien para su tipo ($19.04, Amazonas). D'Adamo propuso que las personas solo deberían comer alimentos que tengan reacciones químicas positivas con su tipo de sangre específico. Los fanáticos de la dieta afirman que este enfoque personalizado les ayuda a digerir sus comidas más fácilmente, lo que les permite perder peso rápidamente y llevar un estilo de vida más saludable.
Según el plan de D'Adamo, estos son los tipos de alimentos que mejor funcionan para cada tipo de sangre:
Tipo O: Una dieta rica en proteínas con abundante carne magra, aves, pescado y verduras. Las personas con tipo O deben tener cuidado con los granos, los frijoles y los productos lácteos.
Tipo A: Esta es una dieta sin carne que depende más de frutas y verduras, frijoles y legumbres y granos integrales.
Tipo B: Si bien esta dieta combina carnes y verduras, se recomienda a las personas con sangre tipo B que eviten el maíz, el trigo, el trigo sarraceno, las lentejas, los tomates, el maní, las semillas de sésamo y el pollo. Sin embargo, los vegetales verdes, los huevos y los productos lácteos bajos en grasa están limpios.
Tipo AB: El tofu, los mariscos, los productos lácteos y las verduras verdes están en el corazón de esta dieta, mientras que la cafeína, el alcohol y las carnes ahumadas o curadas son estrictamente prohibidos.
Además de estos planes de comidas personalizados, la dieta asigna diferentes entrenamientos para cada tipo de sangre. Por ejemplo, informes de Daily Mail que la dieta "sugiere yoga y tai chi para el tipo A y ejercicios aeróbicos vigorosos como trotar o andar en bicicleta hasta una hora al día para el tipo Os".
¿Qué dicen los expertos sobre la dieta del tipo de sangre?
Si bien la Dieta del tipo de sangre no se ha vuelto tan popular como otros programas como la Dieta Paleo o la Dieta Keto, tiene algunos partidarios muy vocales. La influyente escritora de salud australiana Anna Lavdaras probó el plan de alimentación tipo A durante un mes y luego informó que “todos los signos de confusión mental y ansiedad se disolvieron… Me sentí energizada desde el momento en que abrí los ojos por la mañana. Mi piel nunca se había visto mejor, y mis jeans ajustados más ajustados se pusieron sin problemas por primera vez en años”.
Sin embargo, los expertos médicos no se han dejado convencer tan fácilmente. “Tu tipo de sangre no puede afectar tu dieta más de lo que puede hacerlo tu signo astrológico”, informó el Consejo Estadounidense de Ciencia y Salud. Mientras tanto, un estudio de 2013 publicado en el American Journal of Clinical Nutrition encontró que no había evidencia que respaldara las declaraciones de propiedades saludables de la dieta del tipo de sangre, aunque recomendó más investigación.
Ya sea que esta dieta le atraiga o no, no olvide hablar con su médico antes de modificar sus hábitos alimenticios. Una conversación exhaustiva con su médico personal siempre lo ayudará a obtener los mejores resultados para sus necesidades, sin importar su tipo de sangre.
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