Tal vez tengas la mala costumbre de dejar la televisión encendida mientras duermes, presionar el botón de repetición demasiadas veces o, si eres como yo, complacer tu gusto por lo dulce más de lo que deberías. Es cierto que los viejos hábitos tardan en morir, pero si está buscando liberarse de patrones molestos que ya no le sirven, una simple práctica de atención plena podría ser todo lo que necesita.
Puede que esté de moda en estos días, pero lo que realmente es atención plena de todos modos? Según Dictionary.com, la atención plena (en lo que respecta a la psicología) es "una técnica en la que uno enfoca toda su atención solo en el presente, experimentando pensamientos, sentimientos y sensaciones pero sin juzgarlos". Si bien nuestras mentes pensantes a menudo operan en el pasado o en el futuro, la atención plena llama nuestra atención al momento presente. Entonces, ¿cómo puede ayudarte a romper un mal hábito? Tiene que ver con tu cerebro.
Los hábitos arraigan en una pequeña parte de la corteza prefrontal del cerebro, donde suceden la mayoría de nuestros pensamientos y planes. Sabemos que fumar es malo para nosotros; podemos ser conscientes de que comer ese donut extra va a tener consecuencias. Sin embargo, continuamos porque una vez que repetimos un comportamiento con suficiente frecuencia, se convierte en una respuesta automática en la que la parte de toma de decisiones de nuestro cerebro se desconecta.
Por ejemplo, después de una cierta cantidad de tiempo de viaje al trabajo, ya no tendrás que pensar a dónde vas. El cerebro almacena esa información y llega a saber cómo hacer que trabajes. Esta idea de ir en “piloto automático” es el mismo mecanismo que nos hace repetir patrones que queremos romper.
La mala noticia es que el cerebro nunca olvida por completo los viejos patrones. Sin embargo, la buena noticia es que favoreceremos un nuevo hábito sobre uno antiguo, según una investigación realizada por el MIT, y ahí es donde entra en juego la atención plena. En su charla TED, el psiquiatra Judson Brewer, que estudia la atención plena y la adicción, sugiere que nuestro los cerebros siguen un patrón específico:disparador, comportamiento, recompensa. Pero cuando usamos la atención plena para regresar al momento presente y observamos que surge un antojo, podemos recuperar nuestro poder al volver a encender la parte del cerebro que toma decisiones para que nuestras acciones estén informadas en lugar de ser habituales.
Practicar la atención plena puede parecer fácil, pero cuando se trata de romper patrones arraigados, tendrás que hacer un esfuerzo consciente. He usado prácticas de atención plena para ayudarme a combatir la adicción al azúcar y comer en exceso. Así que créeme, esto funciona. Como sugiere Brewer, la clave para usar la atención plena para cambiar nuestros hábitos es ser curioso y consciente.
Cuando se dé cuenta de que va a tomar esa barra de chocolate de la tarde, comience por reconocer que ha surgido el hábito. Mientras come (o antes de comenzar, si puede), observe lo que sucede (sin juzgar) haciéndose algunas preguntas. ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Cómo me hace sentir esto? ¿Cuál es la recompensa?
Con un poco de práctica, llegarás a ver que hay ciertos desencadenantes que te hacen caer en los mismos patrones. Una vez que reconoce un desencadenante, como el estrés o incluso el aburrimiento, ahora tiene la capacidad de intervenir y reemplazar el comportamiento no deseado por uno nuevo que tiene la recompensa que realmente está buscando. “Cuando sentimos curiosidad, salimos de nuestros viejos patrones de hábitos reactivos basados en el miedo y comenzamos a existir”, concluye Brewer.
Así que respira hondo, sé curioso y prueba algo nuevo.